martes, 7 de octubre de 2008

La crisis Política y Social en Bolivia

La crisis política y social por la que atraviesa nuestro país está fuertemente
enraizada con su historia y su cultura. Es completamente indiscutible que existe
una deuda histórica con varios sectores de Bolivia, especialmente con los pueblos
originarios, como ser los quechuas, guaraníes aimaras etc., quienes han sido
relegados y marginados de la estructura política y económica de nuestro país, por
siglos, y sentenciados a vivir en condiciones de mendicidad crónica. Bolivia, país multiétnico, asentado antaño sobre una inmensa riqueza natural,
paradójicamente es uno de los países mas pobres del mundo, y hoy no puede
explicarse a si misma, que pasó con todo ese caudal de recursos naturales. Los
pueblos indígenas, campesinos, quienes se han convertido en parte del problema
y no de la solución, jamás se beneficiaron de estos, a pesar de ser la gran mayoría
de la población en el país, pues estas riquezas fueron rematadas por los
gobiernos de turno y las dividendos que estas generaron han sido malversadas,
desviadas, etc., pero jamás llegaron a los sectores mas empobrecidos, sino a
unos pocos.
No podríamos abordar este tema si no hacemos un paréntesis para referirnos a la
idiosincrasia del boliviano. Aunque no podemos hablar del boliviano como uno
solo, consecuencia de la multiplicidad de etnias hay algunos rasgos en común
que identifica al boliviano, como una persona carente de autoestima, falto de
amor por su patria, en el contexto de la palabra, con poca cultura, deshonesto,
pobre y rebelde.
La crisis social y política en Bolivia tiene varios factores.

Uno de ellos es la carencia de una política de estado, pues cada partido que ha
subido al poder, desde el retorno a la democracia, ha impuesto sus políticas en
base a sus intereses propios, olvidándose por completo de Bolivia en su conjunto.
Como ejemplo, en el primer periodo presidencial de Gonzalo Sánchez de Lozada,
vimos un gobierno interesante, reformista, con las leyes de Participación popular,
de Reforma Agraria, de Reforma Educativa, pero tremendamente impopular y
cuestionado por la sonada Ley de Capitalización, ley que posteriormente hizo
estragos en la economía boliviana y que hasta la actualidad es motivo de
discordia.
Luego vino el gobierno del General Hugo Banzer Suárez, el cual estuvo marcado
por el nepotismo, la corrupción y la incapacidad para solucionar la crisis
económica que empezó a sentirse en su gestión y de la cual el país sigue inmerso.
Le sucede, Jorge “Tuto” Quiroga en un periodo de transición, a raíz de la muerte
del general Banzer, quien como toda política de gobierno, concibió un tímido
intento por institucionalizar las entidades publicas y adoptó tres planes, sin
resultados, para reactivar la economía.
Otro factor es la falta de gobernantes idóneos y probos, que cambien los
destinos de este país, y que nos den días mejores, que lograsen reencausar el
daño económico del que ha sido victima Bolivia por cientos de años, o que
pudiese cambiar el sistema político que Bolivia ha adoptado.
El congreso falto de madurez política por historia, siempre se ha manejado con
tácticas electorales basadas en el intercambio de lealtades por recursos o
empleos públicos, eternamente comandado por los jefes de las tiendas políticas, lo
que ha resultado en la marginalización de los pobres, la concentración de la
riqueza y del poder, en unos pocos, el aumento del cliente lismo, el nepotismo, la
corrupción y la impunidad.
Estas actitudes por parte de las elites que siempre gobernaron nuestro país, poco
a poco han ido hiriendo la sensibilidad e inteligencia del populacho nacional.
A causa de esto, los sectores más marginados, aquellos sectores con los que
Bolivia tiene una deuda histórica solo necesitaban líderes que los unificaran y que

hicieran escuchar sus demandas. Con la descentralización y con mayor acceso a
información, los indígenas y campesinos empezaron a formar una voz. Surgen
movimientos sociales predispuestos al discurso populista y es aquí donde la
política da un giro de magnitudes pandemónicas.
La política cambia de manera substancial y vertiginosa, a partir del surgimiento en
el plano social y político de la efigie de un líder sindical que seguramente cobrará
vida en la historia de Bolivia: Evo Morales Ayma.
Se presenta en el plano social como un defensor radical de la coca del Chapare,
en el trópico boliviano, hasta convertirse en el máximo dirigente de la Federación
del Trópico en 1988.
Ingresa a la arena política en las elecciones presidenciales de 1997 cuando es
elegido diputado por Cochabamba.
Pero es en año 2002 cuando Evo morales cobra fuerte notoriedad en las
elecciones presidenciales, cuando su partido político, el Movimiento al Socialismo
(MAS) se constituye en la segunda fuerza política de Bolivia. Los ojos del mundo
se posaron sobre él y la prensa internacional le dio gran cobertura a quien
aspiraba a ser el primer indígena con la posibilidad de convertirse en presidente
de la Republica de Bolivia.
Su discurso se sustentaba la reivindicación de los pueblos originarios bolivianos,
su lucha contra el "colonialismo" del ALCA, y su batalla contra el modelo neoliberal
vigente en Bolivia.
Las masas fueron seducidas por el carisma y por los discursos de este y otros
nuevos líderes, que fueron surgiendo, que propugnaban medidas izquierdistas y
prometían días mejores con igualdad para los menos favorecidos.
Los movimientos sindicales empezaron a cobrar fuerza, y sus líderes cada vez
tenían más adeptos.
La crisis social en Bolivia estalla con la abrupta salida de Gonzalo Sánchez de
Lozada, cuando fue alcanzado por una insurrección popular en la denominada
“Guerra del Gas”donde murieron mas de 80 personas.
Este levantamiento fue el resultado de las impopulares medidas que intentó
adoptar para cubrir el déficit fiscal y principalmente la decisión de sacar el gas
nacional por un puerto chileno.
La sucesión de mando a Carlos D. Mesa fue vista con buenos ojos por los
movimientos sociales a tal punto que los sectores sociales establecieron una
tregua. Pero ha pesar de las infructuosas negociaciones que habían mantenido
con el gobierno, con el pasar de los meses las esperanzas se apagaron y las
protestas volvieron a subir de tono. Pero a las demandas populares se han ido
sumando las demandas de las elites, del empresariado, de los cívicos, etc.
El principal problema que afronta el presidente Mesa, es el miedo, fruto de la
experiencia de su antecesor, para hacer cumplir la ley, para detener esta locura
de bloqueos de caminos, de tener el país paralizado, que ha convertido a Bolivia
en un país completamente ingobernable.
Y ha encontrado en líderes como Evo Morales el principal escollo en su gobierno
porque ellos inducen a estas movilizaciones sociales.
Hoy en día contamos con un congreso que finalmente representa en gran medida
diversos sectores y etnias existentes en Bolivia pero, que de ninguna asumen su
rol, ni tienen la madurez política que les ha conferido el pueblo a través del voto
pues las demandas que no les son atendidas constitucionalmente, las fuerzan en
las calles, con los bloqueos de carreteras, huelgas, marchas, protestas paros etc.,
a tal punto que Bolivia se ha convertido en un país inviable desde todo punto de
vista.
Obviamente esto tiene un enorme costo económico para el país. En este
momento los capitalistas extranjeros no están interesados en invertir en Bolivia.
Los bloqueos de carreteras perjudican enormemente las exportaciones y colocan
a Bolivia como un país inseguro jurídicamente a los ojos de los inversores
extranjeros.
Sabido es, por los medios canales de comunicación internacionales que La
Republica China, en concomitancia con su sector privado desabastecida de
productos de primera necesidad para su consumo interno, tiene interés en invertir
fuertes cantidades de dinero, traducidas a billones de dólares en el hemisferio sur
de América, especialmente en Brasil y Argentina. Sin embargo han saltado a
Bolivia como si fuera un charco.
A esto se suma el hecho de el país ha sido arrasado por la fuerza de la
globalización que ha traído un avance importante en cuanto se refiere información,
comunicaciones, modernización y tecnología, pero ha provocado una mayor
segmentación social; algunos estratos sociales se beneficiaron, lo cual lejos de
favorecer a Bolivia en su conjunto, una gran y mayoritaria porción del pueblo
boliviano no se han beneficiado y siguen en el atraso y la marginalidad.
Y por si fuera poco están les presiones internacionales, y en especial la injerencia
en nuestro gobierno por parte de Norteamérica.
Hoy por hoy las principales carreteras están bloqueadas, no hay una agenda
política definida, no existe todavía una política clara en cuanto a la nueva ley de
hidrocarburos, tenemos una constitución que quedo obsoleta, la crisis económica
no ha sido solucionada, las regiones están enfrentadas, la violencia va en
aumento, seguimos sumidos en el enclaustramiento marítimo, huelgas, marchas,
protestas y paros son una constante crónica y la migración a otro países es
alarmante.
Todo esto debe llevarnos a una profunda reflexión. ¿Hacia donde vamos? ¿Que
pasara con Bolivia en 10 o 20 años? ¿Donde se situara Bolivia en el escenario
internacional?
Muy pocas respuestas y mucha incertidumbre.
El presidente debe instaurar profundas reformas si queremos un país ordenado,
caminante y viable. Y si no es capaz de eso debe dar un paso al costado porque
sino no, no vamos a ningún lado, y en vez de crecer vamos para atrás, y viviremos
en país menos soberano, con mas desempleo y lo mas doloroso, viviremos en un
país cada vez mas pobre.



ALUMNOS :Loguercio Pablo, Ciro Sebastian, Ballester Jonathan

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